Simplemente porque el sudeste de Francia es un paraíso mediterráneo (comparado con cualquier otro destino) y porque las condiciones de navegación son perfectas: tanto el clima como el viento son muy agradables.
Para llegar allí, nada más fácil. Puedes coger tu coche y llegar al puerto por la autopista, o por la carretera principal si te gusta tomarte el tiempo. Si no quieres viajar en coche, puedes tomar el tren, ya que la Costa Azul está muy bien conectada por el sistema ferroviario, o puedes volar al aeropuerto de Niza o al de Toulon-Hyères. Consulta con tu asesor para saber cómo se organiza el viaje desde la estación de tren o desde el aeropuerto, de esta forma no tendrás problemas para llegar a tu barco de alquiler en el Sur de Francia.
Porquerolles es la isla emblemática del municipio de Hyères. Su fama se debe a sus idílicos fondeaderos, pero también a sus numerosos caminos señalizados, que permiten caminar o ir en bicicleta y descubrir las escarpadas costas del sur de la isla a las que no se puede acceder para fondear. Un consejo: si navegáis a Porquerolles, ve a comer al “Mas des Langoustier”, ya sea en el restaurante "L'Olivier" o en el restaurante "La Pinède" según tu presupuesto, no te arrepentirás.
Cap Ferrat es una península situada al este de Niza, conocida por sus magníficos fondeaderos y lujosas villas que dominan la península. ¿Y qué hacer en este lugar al alquilar un barco en el Sur de Francia? Visitar la Villa Ephrussi de Rothschild, un magnífico palacio renacentista, o la Villa Kérylos, una reconstrucción original de una antigua villa griega, tanto en el interior como en el exterior.
Situada en la costa del Estérel, un macizo montañoso de la Costa Azul, esta bahía está perfectamente protegida del viento y se puede anclar con facilidad frente a diferentes playas y calas, la ocasión ideal para atracar con vuestro barco de alquiler en el Sur de Francia. En este lugar podréis instalaros frente a Agay-plage, el fondeadero tradicional, o frente a la playa de Pourrousset, en el lado oeste de la bahía.
Si optáis por el oeste de la Costa Azul, no podéis perderos el Parque Nacional de Calanques con sus imponentes acantilados, sus aguas azul turquesa y sus “pinos paraguas”. Conectad Marsella con Cassis ya que es un sitio maravilloso para bucear, o al menos hacer snorkel. El Parque Nacional de Calanques es el único parque de Europa que combina tierra, mar y zonas periurbanas, por lo que vale la pena visitarlo.
Alquilar un barco en el Sur de Francia os permitirá descubrir el Golfo de Saint-Tropez, el mismo que alberga cada año la famosa carrera náutica de los Voiles de Saint-Tropez. Estaréis protegidos del viento mistral en esta bahía, y podréis admirar el asombroso espectáculo de los desfiles de yates, cada uno más grande que el otro. Parad en Port Grimaud y poned un pie en tierra para descubrir este fabuloso pueblo. ¡Cuidado! Si planeáis deteneros en los puertos, recordad reservar vuestro lugar con anticipación ya que a menudo están llenos.
La tarta tropeziana, el postre emblemático de la Riviera Francesa. Es un pastel hecho de brioche y natillas, cubierto con granos de azúcar blanco.
Les navettes: Una galleta provenzal seca, originalmente con sabor a azahar.
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