Ruta de 7 días en barco por Martinica

Comenzamos nuestro itinerario desde el sur de Martinica, en la bahía du Marin , que es desde donde salen la mayoría de los cruceros. En la marina Le Marin, encontrarás los mejores servicios (restaurantes, tiendas) de la isla, tiene un punto de información cerca y también la mayor oferta de flotas para alquilar un barco en Martinica.   Saliendo de la bahía, ponemos rumbo norte dejando el litoral bañado por el Caribe a estribor. Nuestro destino en esta jornada es Fort de France, la capital de Martinica, conocida también como la París del Caribe. Proveemos arribar a media tarde para fondear en Fort Saint-Luis donde haremos nuestra parada nocturna, desembarcar y hacer una visita a esta bonita ciudad, la más grande de la isla, de estilo colonial, floridos balcones y animada vida comercial y cultural.    Pero antes de llegar haremos un par de fondeos, el primero lo haremos en la zona de Sainte Luce, a unas pocas millas de nuestra partida, donde podemos disfrutar de preciosas playas típicamente caribeñas, como la propia de Sainte Luce , Anse Figuier o Anse Mabouya .   La península de Pointe de Bout será nuestro segundo punto de fondeo hoy, ya entrando en la bahía de Fort de France. Una zona muy turística, pero no por ello menos atractiva, con sus pequeñas playas artificiales, pero con todo lujo de detalles y en cuyas proximidades merece la pena darse un chapuzón.   Llegamos al fondeadero de Fort Saint-Louis para atracar nuestro barco y disfrutar del resto de la velada, bien haciendo una visita a Fort de France o relajándonos en cubierta mientras compartimos una cena a la luz de la luna.

Soltamos amarras para iniciar la segunda etapa de nuestra ruta de navegación en Martinica. La meta hoy es a Saint Pierre, una de las ciudades más próspera del Caribe cuya evolución se truncó en 1902 por la erupción del volcán Mont Pelée que arrasó por completo esta localidad y dejó treinta mil víctimas. Pero con el tiempo, buena parte de Saint Pierre se ha restaurado y hoy mantiene su arquitectura colonial que destaca entre su bahía de aguas turquesa y la selva tropical. Programaremos una visita a pie al llegar, ya que la travesía es corta y tenemos tiempo de conocer esta bella localidad.  La oferta de fondeaderos en la bahía de Saint Pierre es amplia, todos son recomendables y están muy próximos a la localidad, para desembarcar y recorrer su núcleo urbano, incluida una vista al Mémorial de la catastrophe de 1902, hacer compras, u otras actividades, entre ellas alguna inmersión recomendable para buceadores a alguno de los numerosos pecios sumergidos en sus aguas.  En la travesía de hoy iremos navegando tranquilos, entre calas típicamente caribeñas, con pequeños núcleos urbanos próximos, como Plage de Madiana , Plage de l'Anse Madame, y zonas de playa más grandes con mayor desarrollo turístico como Le Carbet .  Esta noche vamos a fondear en Le Prêcheur, un fondeadero junto al pequeño pueblo del mismo nombre y muy bien situado si nos aventuramos a subir Mont Peleé, eso sí, la caminata requiere estar en buena forma porque la subida hasta la zona del volcán es exigente.  

Si hemos madrugado para subir al volcán, al regreso nos dejaremos caer un buen rato en la cubierta de nuestro barco disfrutando de un aperitivo y contemplando el selvático paisaje de este litoral en el que la naturaleza, casi salvaje, es la protagonista. Fin del descanso y de nuevo a los mandos de nuestro barco ponemos rumbo norte.   La travesía de hoy hasta Coulevre también es cortita para compensar el cansancio de la ruta al Mont Peleé. Muy recomendable hacer una parada en Plage du sable noi , unas millas antes de alcanzar el litoral de Coulevre, una preciosa playa cuya peculiaridad es su arena negra que contrasta con el verde de la selva, aquí el mar es tranquilo, generalmente, y el fondeo seguro por lo que podemos aprovechar para disfrutar del baño, hacer un snorkle o simplemente relajarnos en cubierta.   Continuamos para entrar ya en el distrito de Coulevre donde pasaremos la noche fondeados. Es el último fondeadero antes de alcanzar la costa este de Martinica y saltar al Atlántico, por lo que vamos a descansar contemplando la maravillosa puesta de sol que ofrece el Caribe en este punto para afrontar mañana la etapa más larga de navegación en nuestro cuarto día. 

Hoy partimos al amanecer pues tenemos por delante una travesía de unas 30 millas náuticas, surcando el litoral norte y parte del oeste de Martinica mientras divisamos en el horizonte la costa sur de República Dominicana.   En la ruta de hoy no vamos a encontrar núcleos de población y las posibilidades de fondeo son pocas, así que navegaremos sin parar hasta alcanzar Saint Marie , cuya peculiaridad es el tómbolo efímero (una lengua de arena que sale a flote desde diciembre hasta abril) que conecta la cala de esta localidad con el pequeño islote del mismo nombre que está situado enfrente.  El islote de Saint Marie está protegido, por lo que no se puede visitar, pero desde nuestro barco podemos disfrutar de una bonita panorámica.   Continuamos hasta la península de Caravelle que rodearemos navegando próximos a su costa pues tiene varios puntos de interés con bonitas y tranquilas playas, como la Brèche y Plage du Bourg, para elegir la que más nos guste para saltar al agua y darnos un chapuzón. En su punto más divisaremos su faro y tras rebasarlo, ya al sur de la península, entraremos en la bahía del Tesoro, también muy tranquila y con poca afluencia ya que es difícil acceder a ella desde tierra.   Y llegamos a la bahía de Galion donde vamos a descansar esta noche, una ensenada muy bonita y amplia a resguardo del viento y oleaje.  

Tras el desayuno a bordo, ponemos rumbo sur. Pero antes de dejar la bahía de Galion , navegamos muy despacio próximos a los manglares rosas de Trinidad , un fenómeno de la naturaleza que si estamos haciendo nuestra ruta en temporada cálida podremos ver en todo su esplendor, cuando las aguas se tornan rosadas por la vegetación que las invade.   Y de bahía en bahía, alcanzamos Baie du Robert salpicada de numerosos islotes, arrecifes de coral y más manglares. Como tenemos la suerte de conocer Martinica navegando, podemos acercarnos a alguno de los islotes. Entre Ilet de Chancel (la más grande de este archipiélago) e Ilet de la Grotte hay buen fondeo, seguro y protegido del viento y oleaje, donde se puede hacer una parada para el almuerzo.  Tras una placentera siesta, proseguimos para alcanzar ya la bahía de Francois , donde tenemos previsto fondear esta noche, en el fondeadero de Îlet Lavigne , en el canal entre esta pequeña isla y la costa de Martinica. Un fondeadero recomendable con buena protección y no muy concurrido, próximo a la localidad de Francois , que conserva todavía la huella de la colonización, entre sus estrechas callejuelas y sus casitas rodeadas de plataneras y jardines tropicales.  La bahía es un verdadero oasis en el que gozar en sus aguas color turquesa poco profundas y de fondos blancos arenosos.  

Hoy tenemos por delante unas 17 millas náuticas hasta nuestro destino y fondeo nocturno en Baie des Anglais. Navegaremos relajados, sobre todo la primera parte de la travesía, pues el relieve costero está salpicado de cabos entre pequeñas ensenadas, entre las que destaca la de Sans Souci, entre la localidad de Vauclin e Ilet Petite Grenade, un islote deshabitado y cubierto de inexpugnable vegetación, con pequeñas y tranquilas calas de guijarros, manglares y fondos ideales para disfrutar del snorkle.   Continuamos nuestra penúltima etapa de navegación por Martinica que alberga en esta zona exóticas playas de aguas turquesa con la selva tropical al fondo. Alguna tan bonitas como   l’Anse aux Bois (Sainte-Anne) , Anse Michel o la del islote Chevalier , muy próxima ya a la bahía de los Ingleses donde vamos a descansar esta noche. 

Nuestra ruta de navegación por Martinica va tocando su fin. Hasta llegar a Le Marin para desembarcar, vamos a rodear en nuestro barco el litoral más al sur de la isla, pasando por el canal junto a Ilet Cabrits , un islote deshabitado cuyo faro podremos fotografiar desde cubierta.   Y de nuevo en la orilla del Caribe, disfrutaremos de un último baño frente a la playa de Las Salinas , considerada la más bella de las Antillas francesas y una de las más deseadas por los turistas que visitan Martinica.   Llegamos a puerto impregnado del aroma de la brisa marina del Caribe, del reflejo del sol en sus aguas turquesa y del verdor de la selva tropical.   Antes de dejar nuestro barco, comprobamos que llevamos todas nuestras pertenencias, y ponemos pie en tierra.